Homenaje a Ramiro Pinilla y ‘Galea’, la revista que contó la historia de Getxo
- Chantal Reyes, Bilbao
- 16 nov 2015
- 3 Min. de lectura
CRÓNICA
Lucía Martínez Odriozola, licenciada en Periodismo por la UPV que comenzó su carrera en ‘Galea’, fue la presentadora del acto
El encuentro se pudo seguir en las redes sociales gracias al hashtag #Ramiralia, creado para la ocasión
El proyector se puso en funcionamiento en la Biblioteca de Villamonte, en Algorta, para dar paso a una entrevista antigua de Ramiro Pinilla. El escritor getxotarra, fundador de la revista ‘Galea’, se declaraba en el diálogo como “un enamorado del texto impreso y limpio”. Ramiro Pinilla recordaba, además, a todas aquellas personas que se sumaron al proyecto y que hicieron posible la revista. En el primer aniversario de su muerte esas personas también se acordaron de él, en un homenaje a su figura y a ‘Galea’ que contó con la presencia de Ramiro Pinilla Imaz, su hijo.
Todos ellos -redactores, fotógrafos, ilustradores- subieron al escenario dispuesto en el aula de conferencias para tomar la palabra y relatar su experiencia y su aprendizaje en su paso por ‘Galea’. “Aprendí lo que es ser periodista, porque la facultad te da la teoría pero la calle te da la práctica”, contó Reina González, que en la actualidad imparte clases de escritura creativa. Terese Mendiguren, profesora de Periodismo de la UPV, se expresó de manera similar: “Estuve muy poco tiempo en Galea, pero tengo muy buen recuerdo porque fueron mis primeras prácticas reales como periodista”. Media docena de personas del ámbito de la comunicación rememoraron con sus testimonios lo que fue trabajar en ‘Galea’, y todos llegaron a una misma conclusión: “Fue una época bonita, digna de recordar”.
Poco después, el escenario quedó libre para dar paso al plato fuerte del evento, Ramiro Pinilla Imaz, que reconoció que nunca pensó que volvería a asistir a un acto público sobre su experiencia en ‘Galea’. Él, como su padre, también fue director de ‘Galea’ tras la jubilación del fundador, e inició un viaje a través de la memoria donde evocó los inicios y la historia de la revista creada por su progenitor.
‘Galea’ nació en un garaje, un local usado por la agrupación de Algorta de Euzkadiko Ezkerra, fruto de la convergencia entre la antigua Euzkadiko Ezkerra y el Partido Comunista de Euskadi. Allí se lanzaron las primeras propuestas y surgieron también los primeros problemas. El partido político aceptó financiar el proyecto de la publicación local con la única condición de que su logotipo –una doble E– apareciera en la cabecera. Así se hizo durante seis meses.
Euzkadiko Ezkerra retiró la subvención debido a problemas de financiación. No importó mucho, ya que el deseo de los editores de sentirse totalmente libres cada vez era mayor, y la autofinanciación por la venta de publicidad permitió que la revista continuara en activo. “En un ataque de rubor o buena conciencia, además de prescindir del anagrama, retiramos de la estantería aquellos números que incluían la doble E y jamás se volvió a hablar del asunto”, reconoció Ramiro. Él mismo acuñó un término para este tipo de situaciones: ‘olvido socializado’, el mismo que muchos años después, impulsaría el cierre de la publicación.
En un incendio provocado al local de la redacción en una noche de hace 15 años, se destruyó todo el equipamiento informático, lo que llevó a la plantilla a reunirse en numerosas ocasiones para valorar la situación y el futuro de la revista. “Me tocó a mí decir la última palabra, y llegué a la conclusión de que a todos los colabores de la Galea los habían colocado en una situación de riesgo personal indefinido difícilmente sobrellevado”, recordó Pinilla. Ninguna autoridad se implicó en el caso, la Ertzaintza ignoró la denuncia por atentado que se puso en comisaría. El cierre de la revista era inminente.
“En pocos días, todo quedó en una escena más de esa extensa obra teatral conocida como el problema vasco”, relató Ramiro. Galea fue un producto del momento histórico en el que nació y en el que evolucionó al compás de los tiempos, para bien o para mal. Los sucesos acontecidos en ‘Galea’ pueden ser una especie de reflejo del producto de la sociedad en la que nació y murió. “Una sociedad vasca donde hemos practicado mucho el ejercicio del olvido. Olvidar por un lado algunos de nuestros propios comportamientos y olvidar cada nueva noticia sobre un caso de sufrimiento ajeno gratuito”.
Así concluyó su intervención, su reflexión ‘Pinillesca’, como él mismo la calificó. De fondo, mientras él hablaba, se intercalaban vídeos de Ramiro Pinilla padre, que un año después de su fallecimiento, seguía estando presente en la memoria de los colaboradores. Colaboradores que, durante dos décadas formaron parte de ‘Galea’, la revista que reflejó 20 años de la historia de Getxo.
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